La rodilla es una de las articulaciones más complejas de nuestro cuerpo. No solo soporta y transmite peso sino que también tiene movimiento de flexión extensión así como de rotaciones y angulaciones según la actividad que se ejerza. La rodilla esta formada por el fémur, la tibia, el peroné y la rótula. Tiene a la vez una serie de tendones que la rodean provenientes de los músculos responsables de su movimiento. Además tiene como estabilizadores primarios a los ligamentos que son los responsables de evitar movimientos anormales.
El interior de la rodilla se encuentra revestido de cartílago, el cual tiene como responsabilidad la de permitir un deslizado adecuado entre los huesos. La rodilla es especialmente vulnerable a lesiones. Es la unión entre los dos huesos más largos de su cuerpo, y todo el peso del cuerpo es trasladado al pie a través de la rodilla. La rodilla también es más propensa a las lesiones debido a que su estabilidad disminuye con los giros.
Las lesiones que puede sufrir una rodilla pueden ser por múltiples factores. En este articulo me referiré únicamente a las frecuentemente causadas por deportes.
Debido a la importancia que se ha dado a la salud a través del deporte así como la masificación de los deportes y la facilidad de encontrar instalaciones en donde practicarlos, la incidencia de lesiones a la rodilla se ha aumentado. Estas lesiones pueden ir desde las contusiones leves hasta ruptura de ligamentos o fracturas de los huesos que la componen y que pueden llevar a incapacidades de largo tiempo.
No todas las lesiones ameritan tratamientos sofisticados. En algunos casos bastara con aplicarse hielo a la lesión, tomar analgésicos – antiinflamatorios y suspender el ejercicio por unos días. Cuando el dolor o la molestia persisten es mejor consultar a un especialista. Cuando en el momento de la lesión se da una incapacidad para apoyarse, hay inestabilidad de la rodilla, se inflama prontamente, se queda entrampada (bloqueada), hay deformidad evidente o el dolor es intenso es mejor buscar ayuda profesional pronto para evitar problemas mayores. Las lesiones frecuentes a la rodilla que ameritan cirugía son las lesiones a los meniscos, al los ligamentos especialmente el cruzado anterior, luxaciones de rotula, fractura de la rodilla y lesiones al cartílago. Las lesiones de la rodilla se pueden diagnosticar por medio del examen clínico y se apoya de radiografías y especialmente de una resonancia magnética.
Los meniscos son los amortiguadores de la rodilla.
Tenemos dos meniscos en la rodilla. Uno en la parte interna de la rodilla y otro en la parte externa de la rodilla. Los meniscos se pueden romper al sufrir un giro de la rodilla con pie fijo al suelo. Los síntomas de una ruptura aguda por lo general son dolor, hinchazón y en ocasiones incapacidad para el apoyo o bloqueo. Cuando el menisco se rompe Otra lesión frecuente es la ruptura del ligamento cruzado anterior. Al romperse este ligamento la rodilla pierde estabilidad en rotaciones. Este ligamento no cicatriza por lo que si la persona desea retornar al deporte que conlleva giros debe realizársele una reconstrucción del ligamento. La reconstrucción se realiza utilizando tendones propios del cuerpo con lo que se recupera la estabilidad y función completa de la rodilla.
Las lesiones de cartílago comúnmente están asociadas a las lesiones de menisco y a las de ruptura de ligamento cruzado anterior pero también se encuentran como lesiones aisladas.
Normalmente todas estas lesiones de la rodilla se operan por medio de artroscopía. La artrosocopía consiste en introducir un lente pequeño, que esta conectado a una cámara, en la rodilla y a través de un monitor (televisor) se mira el interior de la rodilla. A través de pequeñas incisiones se opera las lesiones de la rodilla y esto permite hospitalizaciones cortas y recuperación rápida.
